 
                La Iglesia Evangélica encuentra sus raíces en la Reforma Protestante del siglo XVI, un movimiento iniciado por líderes como Martín Lutero, Juan Calvino y Ulrico Zuinglio. Estos reformadores cuestionaron ciertas prácticas y doctrinas de la Iglesia Católica de la época, abogando por un retorno a las enseñanzas originales de la Biblia. El término "evangélico" proviene del griego "evangelion", que significa "buenas noticias", reflejando su énfasis en la proclamación del Evangelio.
A lo largo de los siglos, el movimiento evangélico se diversificó, dando lugar a una amplia gama de denominaciones, como los bautistas, metodistas, pentecostales, luteranos y muchos otros.
En los siglos XIX y XX, la Iglesia Evangélica experimentó un crecimiento significativo debido a movimientos misioneros que llevaron su mensaje a todas las regiones del mundo. Hoy, es una de las tradiciones cristianas más influyentes y en crecimiento, con millones de seguidores en cada continente.
 
                 
                